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La defensa contra elementos genéticos parasitarios está codificada en tu ADN y moldeada por tu genética.

18 de junio de 2025

Investigadores del laboratorio de Genómica Regulatoria del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras han descubierto nuevos datos sobre uno de los mecanismos de defensa más misteriosos presente en tus células: el sistema piRNA. Aún poco conocido, protege el genoma de la célula de la actividad de virus endógenos y otros transposones, elementos genéticos que pueden causar mutaciones y provocar enfermedades, incluido el cáncer. Según la investigación, la complejidad del sistema de defensa piRNA está condicionada por los virus endógenos y transposones activos presentes en tu genoma.

La defensa contra elementos genéticos parasitarios está codificada en tu ADN y moldeada por tu genética.
La defensa contra elementos genéticos parasitarios está codificada en tu ADN y moldeada por tu genética.

Es probable que nunca hayas oído hablar de ello, pero hay algo más que "nosotros" en nuestro ADN. Sin duda, contiene nuestra información genética, pero más allá de las instrucciones para guiar el desarrollo y el funcionamiento de nuestro cuerpo, se pueden encontrar pequeños fragmentos de ADN con su propia agenda: restos de virus antiguos, que han perdido su capacidad de abandonar la célula, y los llamados transposones, viejos compañeros genéticos —o parásitos— de prácticamente todos los seres vivos de la Tierra.

Estos elementos genéticos pueden moverse de un lado a otro en nuestros cromosomas, aunque lo hacen con poca frecuencia. Algunos simplemente se copian y pegan en una posición diferente, mientras que otros crean muchas copias nuevas y amplían su número. En cualquier caso, cada vez que se mueven existe la posibilidad de alterar algo importante para nosotros. De hecho, la movilización de transposones es una causa ya conocida de algunas enfermedades humanas.

Considerando que los transposones y otros elementos genéticos relacionados constituyen casi el 50% de nuestro ADN, no debería sorprendernos que la evolución nos haya dotado de sistemas de defensa contra ellos. Uno de estos sistemas son los ARN que interactúan con PIWI (piARN), pequeñas secuencias de ARN que se unen a los transposones activos y los silencian. Sin embargo, muchos aspectos de este sistema aún se desconocen.

Para ofrecer nuevos conocimientos sobre la biología de los piARN, un equipo liderado por la Dra. Tanya Vavouri y Adrià Mitjavila, del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, los ha estudiado en ratones. La investigación, publicada recientemente en The EMBO Journal, descubrió que diferentes individuos de la misma especie no son portadores de los mismos piRNA.

En otras palabras, cada individuo posee herramientas diferentes para silenciar los elementos genéticos parásitos. Además, el grupo descubrió que las diferencias en las herramientas de los piRNA están codificadas en el ADN. Sorprendentemente, en ocasiones, la variación en las herramientas de los piRNA está determinada por los mismos elementos genéticos parásitos a los que se dirige el sistema de piRNA.

La investigación fundamental es clave para comprender a fondo el funcionamiento interno de las células. Cuanto más amplio sea el conocimiento, mejor podrán los investigadores explicar las enfermedades y, con el tiempo, encontrar nuevas herramientas para combatirlas.

Esta investigación ha sido financiada en parte por los gobiernos español y catalán, la Fundación Josep Carreras y una beca personal de la Fundación La Caixa. No se han utilizado herramientas de IA generativa en la redacción de esta noticia.

Artículo de referencia: Eduard Casas, Adrià Mitjavila-Ventura, Pío Sierra, Cristina Moreta-Moraleda, Judith Cebria, Ilaria Panzeri, J Andrew Pospisilik, Josep C Jimenez-Chillaron, Sonia V Forcales & Tanya Vavouri. “Genetic polymorphisms lead to major, locus-specific, variation in piRNA production in mouse”. The EMBO Journal, https://doi.org/10.1038/s44318-025-00475-4



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