La edad y el nivel socioeconómico del país, los principales factores de incidencia y mortalidad de la leucemia
La incidencia de los diferentes tipos de leucemia varía en función de la edad de los pacientes y del área geográfica, según un estudio publicado recientemente que cuenta con la participación del Dr. Rafael Marcos-Gragera, coordinador del Registro del Cáncer del Instituto Catalán de Oncología, miembro del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras y del IDIBGI. Las conclusiones del estudio permiten valorar la respuesta internacional a diferentes tipos de cáncer y muestran cómo las diferencias socioeconómicas juegan un papel importante.
Cada año, la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer (IARC por sus siglas en inglés) publica la incidencia de diferentes tipos de cáncer en nivel mundial, por franja de edad y género. Esta agencia, vinculada a la Organización Mundial de la Salud (OMS), elabora los informes de incidencia a partir de la información de GloboCan, el Observatorio Internacional del Cáncer, que agrupa los registros nacionales de 185 países.
Sin embargo, en cuanto a la leucemia, los informes de GloboCan agrupan los diferentes subtipos bajo una misma categoría, lo cual no permite hacer un análisis más profundo de la diversidad de la leucemia. Este año, por primera vez, la IARC ha promovido una iniciativa para analizar la incidencia de la leucemia en todo su abanico de tipologías. Las revelaciones de este informe demuestran que existen grandes diferencias entre países en cuanto a la incidencia de leucemia y que esta varía también en función de los grupos de edad.
El Dr. Rafael Marcos-Gragera, jefe del grupo de Epidemiología descriptiva, genética y prevención del Cáncer del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, miembro del IDIBGI y coordinador del Registro del Cáncer del ICO, ha participado activamente en esta investigación, publicada recientemente en la prestigiosa revista Leukemia, y nos explica las claves de este informe.
¿Cuál es el principal aprendizaje que sacáis de esta investigación?
Pues hemos observado que el patrón de incidencia de las leucemias es totalmente diferente en edad infantil que en edad adulta. En edad infantil, adolescentes y jóvenes adultos predominan las leucemias agudas, mientras que en personas de edad avanzada predominan las leucemias crónicas, ya sean linfáticas o mieloides.
¿Hay algún mecanismo biológico que pueda explicar esa diferencia?
Bueno, en general se considera que las leucemias agudas están producidas por mutaciones que se pueden heredar de los padres o las madres. Esto hace que se manifiesten enseguida y, por lo tanto, las encontramos en edades tempranas. En cambio, las leucemias crónicas están más ligadas a alteraciones acumuladas a lo largo del tiempo y más bien responden a factores de riesgo ambientales.
¿Se sabe cuáles son estos factores de riesgo?
¡Esa es la pregunta del millón! No se conocen realmente, si bien las leucemias crónicas se asocian a estilos de vida menos saludables. Se sabe que la obesidad, el tipo de dieta o el tabaquismo tienen un impacto, pero ninguno de ellos es determinante por sí solo, como lo pueden ser en otros tipos de cáncer, como por ejemplo el de pulmón o de páncreas. Es más un conjunto de factores combinados. Que no se conozcan no significa que no existan, sino que se necesita más investigación.
Habéis analizado datos a nivel internacional. ¿Existen también diferencias geográficas en la incidencia de la leucemia?
Pues sí, y el principal factor es el nivel socioeconómico del país. Hemos visto que, por ejemplo, las leucemias crónicas tienen mayor incidencia en países más desarrollados. Se podría pensar que se debe a su población más envejecida, pero nos hemos dado cuenta de que, respecto a las leucemias crónicas, lo que podría estar pasando es que habría una infrarrepresentación de estas enfermedades en los registros de países de nivel socioeconómico bajo.
¿Quieres decir que “vuelan bajo radar”?
A menudo, las leucemias crónicas no presentan síntomas y se detectan en controles rutinarios. En muchos casos ni siquiera piden ingreso y los médicos toman una actitud de vigilancia, de seguimiento. En los países con sistemas de registro de baja calidad, estos casos no se informan y, por lo tanto, no se registran a no ser que la enfermedad se complique. No es la primera vez que se observa este fenómeno y hay que hacer un esfuerzo en este sentido.
¿Cuál es la utilidad práctica de esta información, de saber cuáles son los tipos de leucemia más frecuentes en cada franja de edad?
Por un lado, podemos ver la evolución de la incidencia y planificar mucho mejor los recursos sanitarios. Pero también podemos ver cómo están funcionando las nuevas terapias. Por ejemplo, las leucemias agudas, que típicamente encontramos en jóvenes, están logrando tasas de curación muy buenas, de prácticamente el 90-100% en el caso de la leucemia linfática aguda, que en el pasado tenía un pronóstico muy malo. Sin embargo, esto no es igual en todas partes.
Y de nuevo el nivel socioeconómico… ¿verdad?
Efectivamente. Hay países que no tienen acceso a las nuevas terapias, que en ocasiones son muy costosas, y no se ve este efecto en la supervivencia. Y no hay que ir muy lejos: en Europa, los países nórdicos tienen supervivencias mucho más elevadas a la leucemia linfática aguda que en otros países del entorno, especialmente del Este, a pesar de tener incidencias similares.
¿Y respeto a las leucemias crónicas?
Ahora mismo vemos que los nuevos fármacos inhibidores de la tirosina quinasa, como el Imatinib, han transformado la leucemia mieloide crónica, una enfermedad que tenía una supervivencia muy baja, en una enfermedad prácticamente curable. Estamos mejorando mucho y, tanto en Cataluña como en España, estamos en una situación muy buena.
¿Cómo ayuda toda esta información en la lucha contra la leucemia? Con estos datos que se han publicado, y teniendo en cuenta esta distribución en función de la edad, si lo aplicamos a la población catalana podemos saber, por ejemplo, el número de leucemias linfáticas agudas que se diagnostican en niños, o el número de leucemias mieloides crónicas en adultos. Los datos por sí solos no nos darán una solución para curar la leucemia, pero sí que podremos saber de cuántos casos estamos hablando y monitorizarlos en el tiempo para ver cómo la mortalidad puede ir cambiando. ¡Esto también es una de las funciones de la epidemiología!
Desde el Registro del Cáncer no hacemos investigación básica de laboratorio para encontrar una molécula capaz de tratar pacientes, pero sí que podemos monitorizar cómo los avances en la investigación impactan en estos indicadores y ayudar a saber dónde nos encontramos en la lucha contra la leucemia.
La investigación ha sido financiada por la IARC-OMS y por la Facultad de Medicina de la Universidad de Bergen. No se han utilizado herramientas de IA generativa en la elaboración de este texto.
Artículo de referencia: Dagrun S. Daltveit, Eileen Morgan, Murielle Colombet, Eva Steliarova-Foucher, Karima Bendahhou,Rafael Marcos-Gragera, Zheng Rongshou, Alexandra Smith, Hui Wei and Isabelle Soerjomataram “Global patterns of leukemia by subtype, age, and sex in 185 countries in 2022”. Leukemia, https://doi.org/10.1038/s41375-024-02452-y